La artroplastia total de rodilla es una opción fundamental para pacientes con artrosis postraumática, que suele desarrollarse tras una fractura de la meseta tibial. En estos casos, incluso después de una buena reparación inicial de la fractura, el cartílago de la rodilla puede desgastarse progresivamente, causando dolor crónico, inflamación y rigidez articular. Una de las complicaciones más comunes es la aparición de contracturas en flexión, que impiden la extensión completa de la rodilla, lo que compromete la marcha normal del paciente y aumenta el dolor con cada movimiento.
Durante la artroplastia total de rodilla, el cirujano reemplaza las superficies articulares dañadas por una prótesis, restaurando no solo la función de la rodilla, sino también su alineación y capacidad para moverse de manera más natural. Al corregir las contracturas en flexión, se permite que la rodilla recupere la capacidad de extensión completa, lo que mejora significativamente la biomecánica de la marcha y reduce el dolor asociado al movimiento limitado.
Este procedimiento ofrece una solución duradera para los pacientes que, tras una fractura de la meseta tibial, han desarrollado artrosis y limitaciones funcionales graves. La artroplastia no solo elimina el dolor crónico, sino que también permite recuperar la movilidad, mejorando la calidad de vida y reduciendo la necesidad de medicamentos para el dolor. Los pacientes pueden volver a caminar de manera más normal, realizar actividades cotidianas y disfrutar de una vida más activa y sin restricciones.
La artroplastia de rodilla es una excelente alternativa para resolver el dolor ocasionado por la artrosis degenerativa, para obtener los mejores resultados es importante lograr un balance de la tensión d todas las partes blandas con el objetivo de lograr estabilidad y buena función, sin dolor!